La Fototipia Thomas en Tauste. Postales costumbristas que emocionan (IX)
La Asociación Cultural El Patiaz ha editado el libro «Tauste en su historia» en el que figuran las Actas de las XXIV Jornadas sobre la Historia de Tauste. Entre ellas la memoria presentada por nuestra presidenta, María Pilar Gonzalo Vidao, quien hace una elaborada entrada sobre los motivos que llevaron a tres fototipias de tirada nacional hasta esta villa para retratar a sus paisanos, protagonistas de los tirajes de postales costumbristas entre 1906 y 1909.
Una de ellas, la Fototipia Thomas, pionera en los procesos fotomecánicos de nuestro país, realizó varias decenas de negativos y emitió miles de estas tarjetas ilustradas que han viajado por todo el mundo.
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“Traslación de los enfermos del Hospital de Nuestra Señora de Gracia á la Lonja durante el bombardeo”. Cartulina aguada. Boceto inédito. Firmado en el ángulo inferior derecho, J. José Gárate. 1908. Reverso a lápiz, Sitio 1º de Zaragoza, 3 de agosto de 1808. Publicado en La ilustración Española y Americana el 30 de agosto de 1908.
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

“Coupez comme´il va signalé et veoniser”. Cartulina aguada original para fotograbado publicado en La Ilustración Española y Americana el 30 de diciembre de 1909. Reverso en lápiz azul: Juan José Gárate, baturros.
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Camino de la ciudad. Reverso a lápiz azul, J. GÁRATE, “Baturros”. Cartulina aguada original publicada en La Ilustración Española y Americana el 30 de diciembre de 1909.
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Evocación de los Sitios de Zaragoza. Original para fotograbado publicado en La Ilustración Española y Americana el 30 de julio de 1898. Anselmo Gascón de Gotor.
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Anselmo y Pedro Gascón de Gotor mostraron una férrea custodia del patrimonio material e inmaterial de Aragón, también en lo relativo a la defensa de la capital del Ebro por los zaragozanos y zaragozanas rasos sin instrucción militar durante los Sitios, ante el invasor francés.
Reproducimos parte del texto publicado por don Pedro el 30 de julio de 1898 en La Ilustración Española y Americana con dibujo de su hermano Anselmo:
(…Y ahora permítaseme preguntar: ¿Y qué triunfó Zaragoza? ¿por qué el labrador como el religioso, la dama de noble alcurnia como la mujer sencilla, el anciano como el niño, sin pericia en el arte de la guerra, sin más murallas que sus pechos, realizaron proezas y abatieron el orgullo del águila imperial? Hojéese la historia, y se verá que al compás del rodar de los cañones, del ruido de fusilería, del silbido de las balas, del chocar de un cuerpo contra otro que cae desplomado, dejábanse oír las armonías de la jota que arrancaban de las cuerdas de sus bandurrias los valientes baturros quienes igualmente manejaban el cuchillo, la espada, el fusil ó la espoleta con sus nervudas manos, como entonaban patrióticos cantares á la Virgen del Pilar cuya imagen estaba en las banderas y en los reductos de la Siempre Heroica— resorte misterioso que los llevaba á la victoria).
Ante tal narración en la que la valentía de un pueblo desarmado se obcecaba en no rendirse, podemos entender la magnitud de la leyenda que rodeaba a la ciudad de Zaragoza, acrecentada además con infinidad de publicaciones, diarios y láminas que casi cien años después seguían engrandeciendo tal epopeya.
Como ya hemos comentado anteriormente, la llegada de la Exposición Hispano-Francesa de 1908, supuso la reconciliación formal de dos países vecinos que mantenían lazos comerciales y de proximidad. La cantidad de expositores llegados de Francia hasta Zaragoza, unida a la curiosidad por conocer los lugares donde se dieron los combates más feroces una centuria atrás, significó una presencia masiva de visitantes no solo del resto de España sino del país galo. Comenzaba así un interés desmedido en lo comercial para satisfacer al ávido consumidor de postales, que desde los albores del siglo XX se habían dejado seducir por la compra compulsiva fomentando un coleccionismo desaforado. Si bien es cierto que aquello duró unos pocos años, desde 1900 hasta 1905 aproximadamente, la muestra de 1908 resultó un revulsivo del que todos los postaleros quisieron aprovecharse. De ahí la emisión de millones de tarjetas que viajaron con posterioridad por todo el mundo.
Así es como empieza la búsqueda de escenarios típicos, lugares que pudieran parecer abandonados, en plena ruina o simplemente pintorescos y castizos que sirvieran de decorado para los fotógrafos afanosos de nuevas impresiones, recreando en el imaginario popular la vida de los descendientes de aquellos defensores de Zaragoza.
Desde finales del XIX y principios del XX ya se habían realizado tirajes de postales que representaban a tipos del país, costumbrismo y viajes más o menos etnográficos por diferentes municipios procedentes de las editoriales Hauser y Menet, Sucesores de Laurent, Lucas Escolá y otros, aunque posteriormente se dio una nueva hornada de tipismo más enfocada en dar a conocer las coplas de los autores Sixto Celorrio y Alberto Casañal por parte de editores como Mariano Arribas, Ernesto, Castañeira y Álvarez, Madriguera, y por supuesto, la Fototipia Thomas -esta sin coplas-, que en mostrar la realidad de la zona y sus gentes. De este modo, se lanzaron a la conquista de un mercado costumbrista en pleno auge desde 1905.
Como hemos visto con anterioridad, tanto Madriguera, como La Concordia, y Thomas, por poner algunos ejemplos, habían editado postales de Los de Calatorao. El siguiente paso era relacionar el mundo rural, la jota y el carácter de las gentes con el baturrismo más obsceno. Así llegan las primeras series de tarjetas con coplillas, muchas de ellas coloreadas, sin un escenario reconocible, válido para ser rotulado como de cualquier lugar de la provincia de Zaragoza, pero con la curiosidad de que muchos de sus figurantes se repiten una vez tras otra desde las diferentes editoriales. Hoy sabemos, sin lugar a dudas, gracias a la labor de investigación realizada por Enrique Galé Casajús y Jesús Alegre Gimeno, en “Las Colecciones de Postales Costumbristas Taustanas de Principios del siglo XX”, que muchas de ellas tuvieron en común una misma puesta en escena, la villa de Tauste.

