La Fototipia Thomas en Tauste. Postales costumbristas que emocionan (VIII)
La Asociación Cultural El Patiaz ha editado el libro «Tauste en su historia» en el que figuran las Actas de las XXIV Jornadas sobre la Historia de Tauste. Entre ellas la memoria presentada por nuestra presidenta, María Pilar Gonzalo Vidao, quien hace una elaborada entrada sobre los motivos que llevaron a tres fototipias de tirada nacional hasta esta villa para retratar a sus paisanos, protagonistas de los tirajes de postales costumbristas entre 1906 y 1909.
Una de ellas, la Fototipia Thomas, pionera en los procesos fotomecánicos de nuestro país, realizó varias decenas de negativos y emitió miles de estas tarjetas ilustradas que han viajado por todo el mundo.

Fotografía estereoscópica que refleja a unos comerciantes españoles (Zaragoza), como reza el título del cartón original en francés editado por "Furne Fils & H. Tournier", 1858. Archivo Mollat-Moya

ZARAGOZANO. De las Cinco Villas. Positivo coloreado con acuarela. Casa Laurent & Cía. 1878. Incluidas en el catálogo en 1879. Museo Arqueológico Nacional

ZARAGOZANA. Positivo coloreado con acuarela. Casa Laurent & Cía. 1878. Incluidas en el catálogo en 1879. Museo Arqueológico Nacional

ZARAGOZANO. De la ciudad. Positivo coloreado con acuarela. Casa Laurent & Cía. 1878. Incluidas en el catálogo en 1879. Museo Arqueológico Nacional

ZARAGOZANO. Positivo coloreado con acuarela. Casa Laurent & Cía. 1878. Incluidas en el catálogo en 1879. Museo Arqueológico Nacional
EL COSTUMBRISMO EN LAS POSTALES
En pocas ocasiones podemos ver imágenes tan raciales e impactantes al mismo tiempo, con una indumentaria más propia de las sierras andaluzas que la que podían lucir nuestros antepasados zaragozanos, además de los objetos que portan como son las navajas, de un tamaño más que respetable, y que muestran sin ningún tipo de pudor en la primera fotografía estereoscópica.
Sin lugar a dudas, el costumbrismo romantizado desde el otro lado de los Pirineos llevaba décadas llamando a nuestra puerta en forma de valientes bandoleros, que a pesar de su bravura mantenían su caballerosidad y buen temple.
Parece más que evidente que los protagonistas de esta colección francesa, se ataviaron de un modo que poco tenía que ver con el vestuario de diario de la zona, aunque consiguieron captar nuestra atención que es lo que buscaba el fotógrafo. Sin embargo, no podemos dejar pasar el hecho de que las mantas y ciertas prendas que portan son más acordes a las que vestían nuestros vecinos navarros durante el último tercio del siglo XIX. Aunque esto no significa que el calzón corto representara todo el vestir popular, ni muchísimo menos, tal y como acreditan las fotografías tomadas por J. Laurent y A. Roswag el domingo, 27 de enero y el lunes 28 de 1878, cuando las comparsas se reunieron para rendir homenaje al rey Alfonso XII en Madrid, antes de que se llevara a cabo la recepción de las comisiones con motivo de su enlace matrimonial con doña María de las Mercedes de Orleans y Borbón. Dichas imágenes constituyeron todo un referente etnográfico a petición de J. M. Tubino, secretario de la Sociedad Antropológica Española, quien vio la oportunidad de documentar la indumentaria popular para presentar las fotografías en la Exposición Universal de París celebrada entre el 1 de mayo y 10 de noviembre de 1878, tal como catalogó y documentó, Javier Rodrigo del Blanco, para el Museo Arqueológico Nacional, reproducción que hacemos literalmente en estas líneas.
Más allá de estas imágenes existió un verdadero éxodo de artistas europeos, desde camarógrafos a pintores que aspiraban retratar una autenticidad plenamente desaparecida con la llegada paulatina de la industrialización, lo que les llevó a cruzar la frontera de nuestro país buscando unos valores tradicionales que inculcaran en sus obras el sabor de la tierra perdido por siempre. En ese sentido, los valles pirenaicos así como la dureza en el semblante de los retratados, eran una fuente de inspiración constante para todos ellos. De este modo podemos apreciar las ilustraciones de algunos de los mejores artistas del momento como Anselmo y Pedro Gascón de Gotor, Marcelino Unceta, Juan José Gárate, Hermenegildo Estevan, Ramón Escuder y tantos otros aragoneses asiduos a publicar sus trabajos en revistas como la Ilustración Española y Americana desde finales del XIX, con motivos completamente costumbristas.
No buscaban sino el reflejo amplificado de una sociedad absolutamente depresiva tras los acontecimientos de 1898 con la pérdida de los territorios españoles de ultramar, aferrándose a la identidad propia por encima de imperios devaluados, mostrando que los valores de la tierra podían emerger haciendo virtud la testarudez, la rudeza y el empeño propio del baturrismo.
Debemos reseñar que en aquellos momentos, a pesar de la ruralidad existente y profunda en Aragón, la indumentaria que vestían nuestros antepasados poco tenía que ver, en general, con las postales e ilustraciones que han llegado hasta nosotros. Salvo en los momentos de faena en los que las ropas eran específicas para el campo, la moda del tradicionalismo hacía décadas que había desaparecido. Tanto es así que El Semanario Pintoresco Español, se hacía eco en el lejano 1852, de la residualidad en la estética regionalista en la que tan solo en reductos pequeños como el valle de Ansó, resistía a las modas imperantes del momento. Imaginémonos entonces lo difícil que sería encontrar grupos de personas que salieran a la calle con el “traje de baturro” salvo en recepciones como la de la boda de Alfonso XII, mencionada con anterioridad. Misión casi imposible, de ahí que cuando Archer Milton Huntington, fundador de The Hispanic Society of America en Nueva York, encargó a Joaquín Sorolla que pintara la denominada Visión de España, una decoración mural para vestir la biblioteca de la sociedad en 1911, no pudiera encontrar apenas modelos reales y se inspirara en las albúminas de Jean Laurent de las que hemos ofrecido un pequeño esbozo. De hecho, Sorolla elige para representar Aragón, a los ansotanos con sus trajes preservados desde el siglo XVI.

